Ryan Means caminaba por una playa de Florida, Estados Unidos, repleta de personas.
Se sentía frustrado y recuerda haber pensado: "¿Cómo puedo estar lo más lejos posible de esto?". Mientras observaba la multitud, una palabra empezó a rebotar en su cabeza: "remoto".
Ryan desconocía dónde estaba el lugar más remoto de Florida: "Pensé que podría estar en los Everglades, aunque podría estar en cualquier lado".
Pero sabía de alguien que podía ayudarlo: su esposa Rebecca. Ella es un "gurú del SIG (sistema de información geográfica)". Se trata de un sistema para mostrar y manipular datos, por ejemplo, el uso de tierra en un estado.
"Con la experiencia de Rebecca, podríamos calcular un conjunto de coordenadas lo más lejos posible de las estructuras humanas", dice Ryan, "y entonces, una vez que volcamos eso en un mapa, podríamos ir hasta allí".
Y así, esta pareja con su hija, ahora de 8 años, comenzó a visitar los lugares más remotos del país.