BBC Mundo

La alucinante tecnología que nos permitirá tocar lo que no existe

"Arrellanados en sus butacas neumáticas, Lenina y el Salvaje, olían y escuchaban. Hasta que llegó el momento de ver y palpar también.

Las luces se apagaron y de las tinieblas surgieron unas letras llameantes, sólidas, que parecían flotar en el aire. ‘Tres semanas en helicóptero’. Un filme sensible, supercantado, hablado sintéticamente, en color y estereoscópico, con acompañamiento sincronizado de un órgano de perfumes.

—Agarra esos pomos metálicos de los brazos de tu butaca —susurró Lenina—. De lo contrario no notarás los efectos táctiles. El salvaje obedeció sus instrucciones.

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¡Aquella sensación en sus propios labios! Se llevó una mano a la boca; las cosquillas cesaron; volvió a poner la mano izquierda en el pomo metálico y volvió a sentirlas. Entretanto, el órgano de perfumes, exhalaba almizcle puro".

Cuando Aldous Huxley describió las películas sensibles en su sátira "Un mundo feliz" de los años 30, se imaginó un mundo en el que el sentido del tacto sería tan explotado por la tecnología del futuro como el de la vista y oído.

Eso ha tardado en llegar.

Pero está llegando.

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