Más de 300 personas murieron este viernes en un ataque perpetrado con armas y explosivos en una mezquita ubicada en la localidad de Bir al-Abed, en la región del Sinaí, en el norte de Egipto.
Una treintena de niños se encuentran entre las víctimas mortales.
De acuerdo a los testimonios de varias personas que estaban en el lugar, el objetivo de los atacantes fue la mezquita de al Rawda, donde decenas de fieles estaban congregados por la oración de los viernes.
El presidente egipcio, Abdul Fattah al Sisi, aseguró que responderán con "brutal fuerza" a los atacantes.
Apenas horas después de la masacre, las fuerzas armadas de Egipto informaron que lanzaron ataques aéreos sobre quienes creen que son los militantes extremistas responsables del ataque, que supuestamente se encontraban en las zonas montañosas que hay alrededor de la mezquita.
La fuente oficial aseguró que destruyeron vehículos y escondites de los atacantes,sin identificar a los militantes extremistas ni precisar si hubo alguna víctima mortal,recoge la agenciaReuters.
El gobierno decretó tres días de duelo nacional y mantiene reuniones de emergencia para determinar qué medidas tomar.
Se trata del peor ataque en la región en cuatro años y es la primera vez que militantes islamistas atacan a fieles dentro de una sala de oración, explica Sally Nabil, periodista de la BBC en El Cairo, quien recuerda que antes este tipo de atentados solían tener como objetivo a las fuerzas de seguridad.
Hasta ahora ningún grupo se ha atribuido el ataque, pero desde hace varios años las autoridades egipcias combaten la insurgencia islamista en la región, lucha que se ha intensificado desde 2013, luego de que los militares egipcios derrocaran al presidente islamista Mohammed Morsi en julio de ese año.