0 of 3
El caso de la niña de 13 años que quedó embarazada aparentemente producto de una violación de un familiar, reactivó la discusión por legislar sobre el aborto terapéutico, tanto así que los presidentes de las comisiones de Salud del Senado y de la Cámara de Diputados, Guigo Girardi y Marco Antonio Núñez pidieron al Gobierno “respaldar con urgencia” este proyecto.
PUBLICIDAD
Ante esto, la senadora Jacqueline Van Rysselberghe dijo a un medio de prensa que el aborto terapéutico es similar a realizar “un control de calidad a la raza humana”, lo que desató una ola de críticas de parte de sus pares de la Nueva Mayoría.
Consultada por Publimetro, la senadora aclaró que no le teme a los comentarios de los demás. “Estamos en un país en donde todos pueden decir lo que piensan y cuando tenga algo que comentar, voy a hacerlo sin temor a las críticas o a lo que declaran los demás”.
De hecho, recalcó que era inviable practicarle un aborto terapéutico a la niña de 13 años. “Era natural (que naciera el bebé), era lo que tenía que pasar. No es una alternativa interrumpir un embarazo que está en su semana 36. En ninguna parte del mundo se hace un aborto con ese tiempo”. Cabe destacar que la senadora fue consultada antes que se conociera la noticia de la muerte de la criatura.
Navarro versus Van Rysselberghe
Por su parte, el senador del MAS, Alejandro Navarro, también se refirió a la materia indicando que “obligarte a parir un hijo inviable es una forma de tortura” .
Navarro arremetió contra la senadora UDI diciendo que “no se puede estar un día por la vida y al otro por la muerte”, agregando que “no hay que olvidar que siendo concejala fue una reconocida activista de la pena de muerte. Que hoy se muestre como defensora de la vida en el debate del aborto terapéutico, es una brutal contradicción”, dijo en un comunicado.
PUBLICIDAD
Mirada sicológica
Según el Psicólogo y académico de la Universidad Mayor, Edmundo Campusano, uno de los problemas más terribles de una situación como la que vivió la menor de 13 años, es la angustia.
“En nuestra cultura se asocia la felicidad con el embarazo, por eso, en casos como estos, aparece un cuadro de contradicción emocional”, dice el experto. Y agrega que los síntomas de angustia se profundizan cuando un recién nacido fallece. “Hay un momento en que la familia acepta que ‘ya que ocurrió esto, hay que echarle para adelante’, entonces hay conductas que se adecuan a la existencia de la guagua. Pero cuando muere, hay otro golpe que provoca un duelo”, dice.
Campusano aclara que, uno de los elementos que pueden ayudar a tratar estos casos, son la familia, los amigos “y las redes de apoyo que pueden hacer más fácil el tránsito de la persona por estas situaciones”, finaliza.