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Más allá del problema con la inmigración ilegal y el muro entre Estados Unidos y México, y también con América Latina, poco se ha hablado durante esta campaña presidencial de las relaciones entre el país del norte y la región del sur. Y lo cierto es que Hillary Clinton tiene varias cosas que aclarar sobre este tema.
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El intervencionismo de Estados Unidos en los países de América Latina no es una cuestión exclusiva de la Guerra Fría. Tanto en el gobierno de Bill Clinton como en la época de Hillary en el Departamento de Estado, se llevaron a cabo políticas que a la larga resultaron ser desastrosas.
El golpe de Honduras
El 2009, el presidente Manuel Zelaya se enfrentó al Congreso Nacional, el Tribunal Supremo Electoral y a la Corte Suprema , quienes con el apoyo de Estados Unidos dieron un golpe de Estado y mandaron a Zelaya al exilio. El Departamento de Estado, con Hillary Clinton como secretaria, apoyó a la institucionalización de un gobierno golpista que ha cometido violaciones a los derechos humanos y ha estado matando a hombres y a mujeres desde entonces. A principios de año, Clinton aseguró, en una entrevista al New York Daily News, que era necesario implementar en Centroamérica un plan similar al Plan Colombia de Bill Clinton.
El fiasco del Plan Colombia
A pocos meses que Bill Clinton dejara la Casa Blanca, llevó a cabo lo que se conoce como Plan Colombia: el fomento a la lucha armada en contra de la guerrilla y las Farc. Para esto, entregó al gobierno colombiano billones de dólares, fomentando la paramilitarización de la sociedad. Según datos de la CIA, desde 1985 se han desplazado alrededor de 6,3 millones de personas producto de la guerra, y 300.000 personas cada año desde el 2000, el año en que se implementó el Plan Colombia de Bill Clinton. Durante la implementación del plan, se vivió uno de los periodos de peores violaciones a los derechos humanos del continente.
La reforma agraria en Haiti
La Fundación Clinton, como Hillary lo dijo en el último debate, ha donado millones de dólares en ayudas para la recuperación de Haiti. Pero el propio Bill Clinton reconoció hace un tiempo el fracaso del trabajo de su fundación en el país. Pidió disculpas por forzar a Jean-Bertrand Aristide, ex presidente de Haiti, a implementar políticas neoliberales que llevaron al país al colapso económico. “Hubieran funcionado para mis granjeros en Arkansas, pero no sirvieron. Fue un error del que fui parte. No apunto a nadie más con el dedo”, aseguró Bill Clinton en una entrevista con el The New York Times.
El petróleo y las tumbas de México
Como secretaria de Estado, Hillary Clinton dio continuidad a las políticas sancionadoras y represivas contra México en temas de seguridad y economía. La contribución específica de Clinton a la situación mexicana fue el apoyo que dio a la privatización de la industria petrolera mexicana, política que fue contraria a la implementada durante la década de los 30, cuando se fomentó la nacionalización del crudo mexicano. Se le acusa a Clinton de tener muchos amigos implicados en el negocio del petróleo, principalmente en las empresas que ahora lo manejan: Exxon, British Petroleum, etc. México es el séptimo exportador de petróleo del mundo.
El Tratado de Libre Comercio con la Suiza de Centroamérica
Durante su campaña presidencial del 2008, Hillary Clinton anunció que pretendía llevar a cabo la firma de un TLC con Panamá. Durante su periodo como secretaria de Estado, Clinton presionó por llevar a cabo este tratado, a pesar de las advertencias de sus asesores de que, en caso de concretarse, muchos millonarios estadounidenses desviarían fondos hacia Panamá para lavar dinero. Durante su campaña de este año, Bernie Sanders denunció que de haberse concretado tal acuerdo, los casos de lavado de dinero que sacaron a la luz los «Panama Papers» habrían implicado a muchos más casos estadounidenses de los que hubo.
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Dictadura paraguaya
El régimen hondureño no ha sido el único al que Hillary Clinton apoyó mientras fue secretaria de Estado. En Paraguay, el Departamento de Estado de EEUU apoyó el juicio político al que fue sometido Fernando Lugo en 2012, y que terminó con su salida de la presidencia. La victoria de Lugo en 2008 había significado el fin de más de 60 años de gobiernos conservadores del Partido Colorado. El hecho fue calificado por casi todos los países latinoamericanos como un golpe de Estado, pero Clinton ayudó a la organización de un nuevo gobierno del partido de los agroindustriales del país.
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