«En 2001, Argentina estuvo al borde de una guerra civil»
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En diciembre de 2001 Argentina estaba sumida en una de sus crisis más profundas. La ley de convertibilidad, que fijaba la paridad entre el peso argentino y el dólar, ya era sostenible para el Estado transandino. La medida había dado resultados a comienzos de los 90, pero la falta de ingreso de divisas al país la había transformado en un lastre para una economía que estaba por colapsar.
El presidente Fernando de la Rúa, sin embargo, desestimó modificar la normativa y comenzó una fuga de capitales sin precedentes y gatilló en que la Casa Roasada decretara el conocido “Corralito”, medida que detonó un estallido social. Con la gente volcada en la calles, sin apoyo del FMI y ante un inminente asalto popular al palacio de gobierno, De la Rúa renunció a la presidencia el 19 de diciembre de 2001.
Pero la salida del mandatario de la Unión Cívica Radical no calmó los ánimos. La primera magistratura quedó en manos del presidente del Senado, Ramón Puerta, quien convocó a la Asamblea Nacional para elegir un nuevo mandatario, la que escogió al peronista Adolfo Rodríguez Saá, un carismático político justicialista, pero quien sólo estuvo siete días en el cargo.
A 15 años de aquel estallido social que coronó una profunda crisis económica y política en Argentina, el ex mandatario Eduardo Duhalde, quien otorgó cierta estabilidad al país, recordó esos difícil momentos de la historia transandina y reveló un pasaje dramático de esos días: cómo se habría gestado la renuncia de Rodríguez Saá a la presidencia de la nación, tras siete días en el poder.
En una entrevista al diaria español El País, Duhalde aseguró, ante la pregunta de por qué renunció Rodríguez Saá, “porque a la semana tuvo un ataque de pánico. Estaba despegando en Chapadmalal (Mar del Plata) su presupuesto y era muy verborrágico. De pronto ve en la puerta que había gente haciendo bochinche (ruido), y vio eso y subió al primer piso donde estaban las habitaciones, se puso en posición fetal en la cama y dijo “me quieren matar, me quieren matar”. En la puerta estaban los que trabajaban en los hoteles que querían hablar con el secretario de turismo. Pero Rodríguez Saá se fue”.
En la misma entrevista, quien fuera presidente de Argentina entre 2002 y 2003 reiteró sus dichos de que el país estaba estaba al borde de una guerra civil. “Se perfilaba un enfrentamiento, la gente estaba armada en los techos porque temía que los más humildes los atacaran, una situación muy compleja”.
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