Ser presidente de un país le cambia la vida a más de uno, pero existen pocos (muy pocos) que prefieren mantener la vida de siempre, en una casa sencilla, con la ropa y los amigos de toda la vida.
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Es el caso de José Mujica, ‘El Pepe’, presidente de Uruguay, quien es considerado el mandatario más pobre del mundo. ¿Qué lo ha hecho obtener tan noble título? Mujica percibe por ley 12.500 dólares mensuales. Sin embargo, dona el 90% de sus ingresos a fondos de ayuda social, con lo que solo le restan alrededor de 1.250 dólares (20 mil pesos en moneda nacional) para sus gastos personales.
En los últimos semanas, el Mandatario ha sorprendido a la comunidad con dos hechos. Primero, su gobierno anunció una polémica iniciativa para legalizar la marihuana en ese país.
El objetivo del proyecto, que aún debe ser redactado, busca evitar que los adolescentes consuman pasta base de cocaína, que es señalada como la causa principal de la delincuencia juvenil en el país.
Y hace unos días, Mujica realizó una aplaudida intervención en la cumbre de Río+20. En su presentación, no propuso planes ni planteó promesas, sino que lanzando preguntas tan fundamentales sobre la actual situación de la humanidad que podrían pecar de inocentes. ¿Qué es lo que buscamos? ¿Somos realmente felices? ¿Estamos gobernando nuestras invenciones o dejamos que ellas nos gobiernen a nosotros?
“¿Qué le pasaría a este planeta si los hindúes tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? ¿Cuánto oxígeno nos quedaría para respirar? ¿Es posible hablar de solidaridad y que estamos todos juntos en una economía basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad?”, fueron algunas de las interrogantes que dejó a la conciencia del mundo, reproducidas en el video.
En su opinión, el “hiperconsumismo” se encarga de agredir el medio ambiente porque, con la intención de aumentar las ventas, los fabricantes prefieren producir productos que duran menos en vez de los de larga duración.
Por eso, según el mandatario uruguayo, para luchar por el medio ambiente, es necesario tener en cuenta que el primer elemento del medio ambiente es la felicidad humana.
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EL MÁS POBRE DEL MUNDO
“Con ese dinero me alcanza, y me tiene que alcanzar porque hay otros uruguayos que viven con mucho menos”, dijo alguna vez José Mujica, según recuerda en un reciente perfil el diario El Mundo de España.
Su esposa, la senadora Lucía Topolansky, también dona un porcentaje de su salario.
Mujica y Topolansky, que son pareja desde el 2005, viven en una chacra modesta a las afueras de Montevideo, en Rincón del Cerro, junto a la simpática Manuela, una perrita sin pedigree y un poco coja. Fuera de la chacra, el único patrimonio que ha declarado es un viejo Volkswagen color celeste (un ‘escarabajo’), valorizado en 1.945 dólares.
La última muestra de la humildad de Mujica se produjo hace unas semanas, cuando salió de casa para comprar una tapa nueva para su inodoro. Lo acompañaba, por supuesto, la infaltable Manuela.
De pronto, un grupo de jugadores del club del barrio, Huracán del Paso de la Arena, lo vio y le pidió que los arengara antes de un partido muy importante. Mujica no dudó en aceptar y cuando llegó al local del club, le dio una charla motivacional al plantel. Además, accedió a tomarse todas las fotos que los hinchas, jugadores y cuerpo técnico le pidieron, y hasta prometió asistir al asado de festejo si el equipo lograba el ansiado ascenso a la Primera B (Segunda División).
Luego, como un hombre común y corriente, subió a su modesto auto, cargó a Manuela y volvió a casa. ¿Habrá instalado ya la tapa nueva de su inodoro? Seguro que sí.