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Un avión militar ruso se estrelló este domingo en el mar Negro y no hay «señales de supervivientes» entre las 92 personas a bordo, entre ellas 65 miembros del coro del Ejército Rojo que iban a celebrar Nochevieja con los soldados desplegados en Siria.
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Según el ministerio de Defensa, el Tupolev Tu-154 desapareció de los radares a las 05H27 (02H27 GMT), dos minutos después de despegar del aeropuerto de la localidad balnearia de Sochi, a orillas del mar Negro rumbo a la base aérea de Hmeimim, cerca de Latakia, en Siria.
«Se ha encontrado la zona donde se estrelló el Tu-154 (un trirreactor desarrollado en los años 60). No hay señales de supervivientes», declaró por televisión el portavoz del ejército ruso, Igor Konanchenkov.
Restos del avión fueron detectados a un kilometro y medio de la costa y a 70 metros de profundidad, añadió el portavoz del ejército.
Konanchekov dijo también que se habían recuperado 10 cadáveres y que 32 barcos, cinco helicópteros y 3.200 personas, entre ellas 80 buzos, participaban de las tareas de rescate, que incluyen la búsqueda de las cajas negras.
El presidente ruso Vladimir Putin anunció un día de duelo nacional para el lunes en homenaje a las víctimas.
«Se llevará a cabo una investigación minuciosa para determinar las causas de la catástrofe y se hará lo necesario para apoyar a las familias de las víctimas fallecidas», prometió en la televisión pública.
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Las autoridades no han adelantado ninguna hipótesis acerca de las causas probables del accidente.
Según los servicios rusos a cargo de la investigación, el aparato hizo escala en Sochi para repostar combustible.
Los medios de comunicación rusos difundieron fotografías colgadas en las redes sociales durante la noche por uno de los pasajeros desde el aeródromo de Chkalovski, cerca de Moscú, de donde parten los vuelos del ejército hacia Siria.
El avión transportaba a 84 pasajeros y ocho miembros de la tripulación, añadió el ministerio de Defensa.
«Tarjeta de presentación»
Según la lista de pasajeros publicada por el ministerio de Defensa, el avión transportaba a 65 miembros del Ensamble Aleksándrov, conocido por sus giras en el extranjero bajo el nombre de coro del Ejército Rojo. Entre ellos su director, Valeri Khakhilov.
Iban a Siria para celebrar Nochevieja con los soldados rusos desplegados en el país desde septiembre de 2015 en apoyo al régimen del presidente sirio Bashar al Asad, aliado de Rusia desde hace tiempo.
«El Ensamble Aleksándrov es la tarjeta de presentación de Rusia», comentó el célebre pianista ruso Denis Matsuev, citado por la agencia Ria Novosti. Una «terrible injusticia».
En el aparato también viajaban nueve periodistas de las cadenas de televisión Pervy Kanal, NTV y Zvezda, dos altos cargos civiles y la responsable de una organización caritativa muy conocida en Rusia, Elizavéta Glinka.
Esta última, conocida como «doctora Liza», llevaba medicamentos para el hospital universitario de Latakia, precisó el director del Consejo de los Derechos Humanos (dependiente del Kremlin), Mijaíl Fedotov, citado por Interfax. «Todos la amaban», dijo.
33 años de vuelo
El aparato volaba desde hacía 33 años. Fue reparado por última vez en diciembre de 2014 y revisado en septiembre pasado.
Se ha abierto una investigación penal para determinar si el avión se estrelló por incumplir las normas de seguridad aérea, informó el comité de investigación ruso.
Varios Tupolev-154 sufrieron accidentes en los últimos años. En 2010, un aparato de este tipo con 96 personas a bordo, entre ellas el presidente Lech Kaczynski y altos cargos polacos se estrelló cuando intentaba aterrizar cerca de Smolensk (oeste de Rusia). Todos sus ocupantes murieron.
Alrededor de 4.300 soldados rusos están desplegados en Siria, donde Rusia sigue reforzando su presencia militar.
El viernes, Putin ordenó agrandar las instalaciones militares en la ciudad portuaria de Tartús, en el noroeste de Siria, que supuestamente se convertirán en una base naval permanente en este país en guerra desde 2011
POB/AOS