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Más de 100.000 chilenos marcharon este domingo en Santiago para protestar contra el actual sistema de pensiones manejado por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) creadas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) a las que acusan de pagar bajísimas jubilaciones.
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Una gran multitud se reunió en la plaza Italia en el centro de la capital, atendiendo el llamado de la Coordinadora de Trabajadores No+AFP para protestar contra el sistema de pensiones en una marcha que recorrió por más de dos horas la avenida Alameda, la principal arteria de la ciudad, exhibiendo carteles y lienzos, al son de bombos y silbatos.
Ancianos y niños acudieron junto a sus familias a la manifestación pese al intenso frío del invierno, para exigir el fin de las AFP.
Durante el régimen de Pinochet, en el cual murieron unas 3.200 personas, también se promulgó la Constitución vigente, el sistema educativo y laboral. La presidenta Michelle Bachelet lleva adelante medidas para reformar ese legado.
El actual sistema de pensiones opera como una cuenta de ahorro forzoso, en la que los empleados aportan a las AFP el 10% de sus sueldos y al final de su vida laboral reciben jubilaciones que acusan son muy menores a las remuneraciones que percibían.
«Este es un sistema de porquería manejado por las AFP chupasangre que nos roban nuestros ahorros y que al final nos entregan una jubilación de mierda», dijo, por su parte, Julia Miranda, una indignada trabajadora.
Los manifestantes demandan retornar al anterior sistema solidario o de reparto que era manejado por el Estado, en el que se acumulaban en un fondo común los aportes de los trabajadores para su retiro.
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«Demandamos una cuestión elemental, un sistema de reparto solidario en el que los trabajadores activos financian a los trabajadores pasivos como ocurre en muchos lugares del mundo, es un sistema que ha demostrado ser exitoso», explicó Luis Mesina, vocero del colectivo NO+AFP.
La marcha en contra de las AFP se realizó bajo un estricto operativo de seguridad de la Policía, y también se desarrolló en otras ciudades de Chile.
Un cambio trascendental
En la actualidad, las AFP administran 150.685 millones de dólares que aportan los trabajadores para sus jubilaciones y que estas empresas invierten en acciones o renta fija, cuyas pérdidas son asumidas por los cotizantes, quienes ven reducidas sus pensiones, lo que en muchos casos los obliga a seguir trabajando después de haberse jubilado.
Además, las AFP continúan administrando el dinero de los cotizantes después que éstos se jubilan mediante un programa de retiro de fondos programado.
Según la Fundación SOL, el 91,5% de los jubilados inmersos en este programa recibe mensualmente unos 231 dólares, cifra incluso menor al salario mínimo (unos 396 dólares) y muchísimo más bajo que las pensiones que reciben los militares, quienes están en otro sistema de pensiones en el cual, el Estado le paga la jubilación al 90% de los uniformados.
«Es una vergüenza, Chile es el hazme reír del mundo por seguir utilizando este sistema de ahorros provisionales en el que las AFP terminan pagándonos pensiones miserables, requerimos un cambio trascendental», afirmó Mesina.
La presidenta Bachelet convocó el año pasado a una comisión que elaboró una serie de propuestas para reformar el actual sistema de pensiones, que han encendido el debate entre los detractores y los defensores de las AFP, entre ellas, acabar con el retiro programado y equiparar la edad de jubilación según género, ya que hoy en día, los hombres se jubilan a los 65 años y las mujeres a los 60.
Las AFP admiten que el sistema requiere cambios ya que no satisface a los chilenos, pero rechazan las propuestas de la comisión.
Bachelet, en su primer mandato (2006-2010), creó pensiones universales y solidarias para aquéllos que nunca habían cotizado.
PUB/NL