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Desde el lunes, Chile y Bolivia se enfrentarán en la Corte Internacional de La Haya por un tema puntual: conocer si el Tribunal tiene o las competencias para realizar algún juicio sobre la petición marítima hecha por el país altiplánico.
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Al respecto, hay tres escenarios posibles: que el Tribunal declare su incompetencia en el caso, que decida llevar adelante el proceso; o bien que guarde su decisión hasta antes del fin de año, donde se referirá al proceso previo a la demanda de Bolivia.
En Publimetro conversamos con el ex embajador Samuel Fernández, a quién le preguntamos qué es lo peor que puede ocurrirle a Chile durante la semana próxima.
“El peor de los escenarios es que la Corte acepte continuar con el proceso”, dice el también profesor de la Universidad Andrés Bello. “Eso, porque significa que se debe continuar con el juicio central, que es la petición de Bolivia. Hasta el momento, y lo que se va a ver en la primera semana hábil de mayo es el proceso previo, el que tiene que ver con antes de iniciar el juicio. Pero si se sigue con esta materia, pueden pasar varios años antes de ver un pronunciamiento de parte de la Corte”, afirma Fernández.
– ¿Qué sucede si es que el Tribunal decide pronunciar su competencia en la materia más adelante?
– Esa es una alternativa intermedia, pero Chile tiene argumentos muy sólidos porque hay tratados de 1904 que están vigentes, que han sido validados y que se firmaron a perpetuidad. Entonces la Corte no puede tocarlos porque existen hace más de 110 años. La Corte nació en 1948 y aún si pudiera admitirse competente, solo podría sugerir alternativas entregadas por Chile y no podrían tocar su soberanía. Es decir, podría sugerir pero no obligar.
– Según sus palabras, Chile tiene muy poco que perder, ¿es tan así?
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– En esta etapa previa, Chile no tiene posibilidad de perder. De todas materias, ni en el peor de los escenarios, el asunto se trata de perder soberanía, se trata de seguir con un procedimiento judicial que consiste en presentar memorias y contramemorias, que es largo, pero donde Chile tiene argumentos muy sólidos.
– Vamos al mejor escenario: si la Corte dice que no es competente y por eso se acaba el juicio ¿qué alternativas le quedan a Bolivia?
– Se acaba la demanda. Bolivia tendría que dejar de pedir soberanía a través de los tribunales. Obviamente sería un golpe muy duro para ese país, pero finalmente no podría seguir alegando soberanía.
– ¿Qué alternativas le queda en ese caso? ¿La guerra es una de ellas?
– Por ningún motivo. Ni en la mente de Bolivia ni en la mente de Chile está la idea de la guerra. Tenemos un tratado de paz que tiene 110 años de vigencia. Chile ha entregado las mayores comodidades a un país mediterráneo que existe en el mundo. Entonces, Bolivia pierde mucho si pensara en ese camino, porque ningún país tiene tantas facilidades en materia marítima como lo tienen ellos y eso que hay 40 países sin litoral.
– ¿Podrían reactivarse negociaciones como la del Acuerdo de Charaña, en 1975?
– Ese acuerdo falló porque Chile había ofrecido soberanía marítima por tierras que antes eran de Perú. Esa fue una conversación en la que se propuso la entrega de un corredor de parte de Chile a Bolivia e incluía un canje territorial, pero Bolivia estuvo poco dispuesto a aceptarlo y cuando lo hizo, se le tuvo que preguntar a Perú, por una serie de acuerdos firmados con anterioridad. Perú exigía condiciones inaceptables, que tenían que ver con internacionalizar un territorio. Entonces Chile no aceptó y Bolivia tampoco. Las conversaciones con Bolivia siempre han sido bilaterales y yo creo que si siguen existiendo en el futuro, deberían tomar ese camino.