0 of 2
Por un malentendido del discurso que Günter Schabowski dio en cadena nacional, anunciando que todas las restricciones para viajar entre las dos Alemanias habían sido retiradas, miles de personas se dirigieron hacia el Muro de Berlín y comenzaron a botarlo. Así se dio la caída.
PUBLICIDAD
Y si bien los trámites por regularizar y flexibilizar el tránsito por la frontera venían de antes, lo cierto es que esto se daba por un debilitamiento progresivo de la República Democrática Alemana. Enrich Honecker, su último líder, había renunciado a mediados de octubre de 1989 por problemas de salud, asumiendo un joven Egon Krenz en su lugar.
Entonces Enrich Honecker estaba internado en un hospital militar controlado por la Unión Soviética, por lo que después de la unificación definitiva y la disolución de la RDA, fue trasladado junto a su esposa Margot a Moscú para evitar un posible juicio de la nueva Alemania en su contra.
En ese momento la hija de la pareja, Sonja, estaba casada con Leonardo Yáñez, chileno exiliado. Aunque este no es el motivo principal. Si bien el episodio no está del todo claro, se dice que Margot Honecker era muy amiga de Irma Cáceres, la mujer de Clodomiro Almeyda, dirigente socialista chileno. Y en uno de los viajes que hizo a Moscú con su marido, habría invitado a los Honecker a la Embajada, de donde ellos decidieron no salir. Erich Honecker creía que los chilenos no iban a dudar en darle asilo, sobre todo porque muchos expatriados chilenos que fueron a la RDA ocupaban en ese momento cargos en el gobierno, como Enrique Correa. Así, pareja Honecker pidió asilo político en la Embajada de Chile en Moscú, donde Fernando Belloni (secretario político del dirigente socialista chileno Clodomiro Almeida) los acompañó durante el tiempo que estuvieron en la sede diplomática, entre el 11 de diciembre de 1991 y el 29 de junio de 1992.
Entonces el Gobierno de Patricio Aylwin y la Cancillería chilena tuvieron que hacer de mediadores de un conflicto que podía producir un quiebre en la nueva Concertación: por un lado estaban los que agradecían a la RDA y a los Honecker por haber recibido a tantos chilenos exiliados durante la dictadura militar, y los que veían la realidad que había emergido después de la caída del gobierno, sobre todo en relación a la Stasi y el dominio comunista sobre la población.
Entonces, entre la presión del gobierno alemán que quería enjuiciar a los Honecker y la de Almeyda, el gobierno de Aylwin sacó lo más discretamente que pudo a la pareja y la metió en un avión con rumbo a Santiago. Antes, el diario Bild publicó el plan que Belloni y Almeyda conversaron en el subterráneo de la embajada, que estaba intervenida, lo que por motivos políticos y por la necesidad de discreción, les costó el puesto en la embajada rusa a ambos.
Erich y Margot Honecker llegaron a Chile y se asentaron en La Reina, donde él murió en 1994 siendo enterrado en el Cementerio General.
PUB/FHA