Siempre me ha parecido curioso lo leguleyos que somos. Siempre me ha llamado la atención la exigencia eterna de papeleos, de notarios, de testigos y de tribunales. Somos un país que se jacta de ser respetuoso de las leyes. «Somos serios», así nos presentamos frente a América Latina y el mundo.
PUBLICIDAD
La ley es importante. Las cosas deben ser reguladas e hiper-reguladas por ley. Todo lo que no está en la ley, además, es territorio libre y así es como conocemos de tantos abusos. Por eso es que la ley, lo que está escrito, nos resulta importante y vital.
Es más. Hoy son los fiscales y los tribunales de justicia -incluida la Corte Suprema- los que están haciendo buena parte de la política en Chile. Son los que están decidiendo los límites y los márgenes. Son, incluso, los que están dando las claves políticas sobre lo que es correcto, moral o ético.
Es por esto que me sorprende que no exista un debate nacional instalado, impulsado por las propias autoridades que nos regulan, ante una ley de la cual sospechamos, donde hubo votación comprada y que terminó siendo escrita desde los propios destinatarios de esta norma. Me refiero a la ley de pesca.
Lo sucedido con el senador de la UDI Jaime Orpis, es tan brutal, tan «cara de palo», tan excesivo; que no entiendo cómo el debate no se extiende. La fiscalía expuso con total detalle cómo al senador la empresa Corpesca le dio un «manual para argumentar y votar esta ley», por la suma de 4 millones 600 mil pesos durante cinco años, entre el 2009 y el 2013. Y hablamos de un senador de la República, que ya gana, por su pega de parlamentario, una suma mensual que escapa a la realidad del 99% de los chilenos.
Luego de estas revelaciones, ¿cómo entendemos que hoy no sea tema nacional el cuestionamiento a esta ley por parte de la autoridad? ¿Qué esperamos para debatir de verdad una nueva ley de pesca? ¿Cómo es que no se activan todos los partidos y el propio Gobierno para revisar punto a punto esta ley?
¿Qué hace falta? ¿Falta que sea no uno sino dos, o 5 o 50 los parlamentarios comprados por Corpesca u otras grandes empresas pesqueras para considerar espuria esta ley? ¿Por qué hoy NO es tema de debate?
PUBLICIDAD
Si la ley es tan importante en Chile. Si somos un país leguleyo. ¿Por qué entonces una ley espuria, una ley comprada, no es objeto de revisión inmediata? No me lo explico.
Pero hay preguntas que son más inquietantes aún.
La ley de pesca hasta hoy despierta sospechas por condiciones demasiado buenas para la industria pesquera, volviendo a siete conglomerados económicos prácticamente dueños del mar a perpetuidad. Ahora entendemos porque una ley que beneficiaba a un puñado en contra del resto de chilenos, se convirtió efectivamente en realidad.
Lo inquietante es que hay varias leyes actuales que revisándolas van contra el bien común y benefician a las empresas. ¿Ejemplos? Claro: isapres, carreteras concesionadas, AFPs, medicamentos. ¿Más? Sernac, ley laboral, acreditación universitaria, fiscalizacion al lucro en educación superior. ¿Podemos preguntarnos por el correcto trámite de estas leyes en el Congreso? ¿Tenemos derecho a cuestionar la legitimidad de esas mismas leyes con lo que hoy conocemos de Corpesca y la ley de pesca?
Más preguntas. ¿Si nos abrimos a revisar la ley de pesca… qué pasa? ¿Será abrir una caja de Pandora?
Estas preguntas son más inquietantes aún. Pero creo que merecen respuesta. Si queremos seguir siendo el país ejemplo en el respeto a la ley… el país confiable al mundo y el «destacado» en América Latina.
Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro